Tú y yo sabemos que las uñas siempre han sido instaladas en el podio de “capricho beauty” y ha costado un poco bajarlas de ahí. Pero llevar una manicure bien trabajada, lucirlas de diferentes colores, formas, diseños o transparentes, habla de lo mucho que las deseamos así los 365 días del año. Porque nos hace sentir bien, porque es parte de nuestro bienestar y ya está integrado a los cuidados mínimos de la salud de nuestras manos. Como resultado la Manicure de hoy es más bien una Manicure con Propósito. Disfruto pasar mis días observando cómo se posiciona este servicio a mi alrededor. Ya seas Manicurista o una clienta que disfruta usar las uñas esmaltadas o naturales, que nuestro propósito siempre sea ser Pro Uñas.
Reconocer que parte de nuestra misión como profesionales de las uñas es enseñar a nuestras clientas a cuidarlas si no pueden asistir al salón.
¿Cómo?
Dedica un tiempo en la atención a indicarle por qué es importante hidratar las uñas y cómo puede hacer un masaje circular en las cutículas, con crema de manos o aceite para cutículas.
El limado debe ser en orden siempre y con una lima acorde al espesor de la uña. Una lima de grano 180 para uñas fuertes y sanas; una lima 240 para uñas débiles o muy flexibles.
Y cuando presencies daños mayores, como capa intermedia de la uña y dañada, recomienda la opinión de su médico o de un dermatólogo. Es fundamental que sepa que pueden ser tratadas y que no debe ser “etiquetada” como “la mujer de uñas débiles”.
Tanto si eres clienta de manicures tradicionales, permanentes, uñas artificiales o manicurista, lo que te acabo de comentar no es sólo el principio básico de uñas sanas, sino también la confianza de una clienta bien informada porque he comprobado que ella aprecia cada detalle.